Lo primero que uno aprende en composición artística es que si el personaje esta un poco a la derecha o un poco a la izquierda del centro la composición empieza a funcionar, pero que si lo ubicas en toda la mitad, se le hacen evidentes todos sus defectos. La mitad entre el blanco y el negro es el gris, entre el rojo y el azul es el violeta, entre el amarillo y el violeta es un café sucio y si unes todos los colores no tienes más que un indefinible tono turbio.
Como la vida imita al arte, en la reciente política colombiana hemos empezado a ver las debilidades y los defectos de algunos de sus protagonistas en su afán de acomodarse en el centro de la composición. Rafael Pardo, Gustavo Petro, Lucho Garzón, han empezado a tornarse grises, violetas, cafés sucios y turbios. Ni fríos ni calientes, simplemente tibios y creo que no necesito recordar aquí lo que Jesús opinaba de las aguas tibias.
En la feria de los planteamientos de centro, de los planteamientos tibios, oímos hablar de democracia, diálogo, unión y paz. Pero luego vemos los hechos de sus apóstoles. Se les convoca a un congreso de su partido, y en él se les invita al diálogo, a una unión concertada, a una dirección unida haciendo uso de la democracia. ¿Y entonces que vemos? Que Lucho no asiste y no dialoga, que Petro asiste pero no dialoga, y que al perder unas simples elecciones genera conflicto, se separa del partido y despotrica de los resultados, muy a la colombiana, muriendo con el alma pegada de un inciso.
Esta claro como siempre que la democracia es justa, el partido unido y la paz lograda únicamente si el que las critica sale elegido.
En su vertiginoso viaje al centro Gustavo Petro, quien desde ya le ofreció el alma de la izquierda democrática al partido liberal, va a proponer un “acuerdo sobre lo fundamental” retomando las ideas que en los noventa esgrimiera el representante de la derecha en Colombia Álvaro Gómez Hurtado. Por supuesto el objetivo principal de esa propuesta será el ser elegido como candidato presidencial del nuevo partido “todos contra Uribe”.
En la nueva definición del término Centro político, no en Colombia, sino en Wikipedia encontramos además de la afirmación de que “los partidos puros de centro son más propios de Monarquías parlamentarias”, una frase que parece redactada por el mismo Petro: “El centro es encontrar acuerdos basándose en la esperanza de la buena fe.” ¡Por Dios! ¿Buena fe en la política colombiana? ¿Buena fe en Cesar Gaviria? ¿Buena fé …? ¡Una locura! Baste recordar que hizo Gaviria con el Nuevo Liberalismo, o con Colombia gracias a sus políticas económicas. Un acuerdo sobre lo fundamental sería lograr que Gaviria, Uribe, Arias y todos ellos se retiraran de la política a sus feudos, a disfrutar de sus logros económicos y dejaran este país gobernarse tranquilo.
El viaje al centro de Lucho Garzón , quien ahora funge de ex alcalde como si fuera un ex presidente, comenzó desde el lejano Partido Comunista Colombiano y terminó al sentarse en la oficina principal del Palacio Lievano; donde practicó con la ayuda de Dusan lo que tanto critica la izquierda: clientelismo. El antiguo comunista Gobernó llenando de impuestos a la desvencijada clase media, dando negocios multimillonarios a los ricos y limosnas de pan y leche para los pobres. Olvidando, o tal vez recordando, la frase de Lenín: “la limosna retarda la revolución.”
Es fácil vaticinar que los que piden el centro oscilaran como un péndulo para todas partes pues en un mundo en movimiento quedarse en el centro es casi imposible. La vida, como el arte, como la política para que sean bellos, tienen que estar llenos de matices y contrastes, de yin y yan.
El centro no los soportó ni Aristóteles, creador de la teoría del justo medio, quien siempre tomó partido por la monarquía en contra de la democracia Griega ya que Alejandro Magno pagaba mejor.
Darío Ortiz
2 comentarios:
¿por qué debemos someternos a las ideologías, creencias o inclinaciones de los administradores si nosotros somos sus dirigentes? ¿Somos idiotas?
www.nicolasespositochedel.com
no debemos promover este tipo de ideologias particulares, debemos manejar una administracion que de verdad beneficie al pueblo
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