Carta enviada por Juan Mario Laserna a proposito de la columna "Los buitres del Tolima" publicada en El Nuevo Día
Señor Director
Por medio de la presente me permito referirme y responder, en lo que a mí concierne, al artículo de opinión del señor Darío Ortiz llamado “Los Buitres del Tolima”, aparecido en su prestigioso diario en la edición de hoy 20 de enero del 2010.
En primer lugar quiero referirme a la acusación de no haber ayudado a mi hermana Julia Laserna siendo ella directora del Museo de Arte del Tolima. Precisamente por ser ella directora del Museo yo, al ser funcionario público, estaba inhabilitado para ayudar en tan excelentísimo esfuerzo. Justamente uno de los principios básicos del derecho administrativo, y prohibición de orden constitucional, es el de impedir y limitar a los servidores públicos influencias, apoyos y transacciones cuándo existe consanguinidad. Esto se llama nepotismo y en respeto a dicha norma me abstuve de cualquier influencia en dicha gestión.
En segundo lugar, y en lo que se refiere a mi vinculación con el Tolima, quiero decir que la primera vez que empecé a trabajar en mi departamento fue manejando una ganadería en el año 1986, hace 24 años. Después de eso he sembrado solo y en compañía algodón, sorgo, arroz y maíz y hace tres años adelanto un proyecto de siembra de uva y producción de vino tropical pues me atrae que requiere mano de obra intensiva.
También fui el inversionista de riesgo del Centro de Logística del Tolima, en Buenos Aires. Y decidí tomar este riesgo, dado mi alto e indeclinable compromiso con el departamento, cuándo el país enfrentaba una de sus peores recesiones. Hoy, Dios mediante, va a ser el mayor generador de empleo de la ciudad en los últimos 20 años.
Como viceministro de Hacienda, encargado del sector descentralizado por Juan Camilo Restrepo, trabajé en conjunto con la doctora Ana Lucía Villa de la DAF, en la restructuración financiera de Ibagué y varios municipios del Tolima que estaban quebrados. Desde entonces en ese programa se han reestructurado doce municipios del departamento. También en dicho cargo trabajé con muchos alcaldes en muchos proyectos de desarrollo para el Tolima.
Usted tiene razón en decir que uno hace un llamado a sus orígenes y a su trayectoria al presentar su nombre al elector primario. Quiero representar al Tolima porque me siento profundamente y orgullosamente Tolimense. Es irónico, pero hace 40 años mí papá, con el mismo sentimiento de amor y entrega a su departamento, se presentó como candidato al Senado y fue atacado con argumentos similares, que por provenir de una familia de empresarios, no le iba a responder al pueblo y a las comunidades.
Hoy 40 años después, los que representaban a los “patilimpios” y que ganaron esas elecciones, no tienen inversiones significativas en el Tolima, mientras mi familia, que lleva más de 100 años en el departamento, sigue liderando en forma honesta, comprometida y decidida varios procesos productivos y de generación de empleo.Yo sé que el señor Ortiz no tiene por qué saber estas cosas pues son casi de índole personal. Pero le agradecería que tenga en cuenta estos argumentos ya que de resultas de su columna algún comentarista en la edición digital invita a votar en blanco. Esto es invitar a que el Tolima siga acéfalo y sin un liderazgo comprometido con la región, y me parece injusto y desacertado con quienes venimos haciendo un trabajo serio y con proyección hacia el futuro, y que creemos en un Tolima fuente de desarrollo, empleo y progreso,
Del señor Director muy atentamente,
Juan Mario Laserna
Respuesta a la carta de Juan Mario Laserna publicada también en el Nuevo Día
Sobre la historia del Museo y la falta de apoyo a su hermana Julia, creo que nada tenía que ver que fuera en aquella época un funcionario público porque nunca esperamos de él nada ilegal, más bien es una ejemplo de que en la misma medida habrá muchos momentos cuando vuelva a ser funcionario que el Tolima necesitará su apoyo y que se amparará en argumentos similares para no darlo. En la política y en el poder una palabra basta para que las cosas fluyan. A diferencia de su Padre, ni un consejo, ni una luz nos dio en aquellas horas aciagas, ni siquiera aportó nada de su propio peculio si es que altas leyes constitucionales impedían coger un teléfono o dar una recomendación o una palmadita en la espalda. Del nepotismo a la generosidad hay un océano de distancia.
Por supuesto no conocía algunos de los pormenores de sus negocios personales. Aunque estoy seguro que en todos ellos espera tener jugosas ganancias ya que me permito dudar de que exponga su dinero únicamente por su altruista afán de dar trabajo. De todas formas creo que hacer negocios en el Tolima no lo hace conocedor de la problemática social del departamento.
Por supuesto no me interesa convertir mis opiniones un problema personal y mañana, como es apenas lógico, el artículo que escribí habrá envejecido tan rápido como una mariposa. Las palabras serán olvidadas por los lectores y darán paso a otras nuevas palabras sobre otros temas. Mientras eso ocurre llegará el momento en que Juan Mario Laserna podrá posiblemente demostrar con hechos en el senado lo que ahora solamente son palabras de candidato y que ojalá nos permitan decir con orgullo que a Juan Mario le fue bien porque al Tolima le fue mejor.
En artículos como ese lo que más quisiera como columnista es estar equivocado y que en los próximos años la pirinola política caiga en “todos ponen” en vez del habitual “todos sacan” que ya tiene al Tolima triste, famélico y cada vez menos importante en el contexto nacional.
D.
miércoles, 3 de febrero de 2010
Respuesta a un columnista
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