miércoles, 3 de septiembre de 2008

Demócratas y Republicanos

En Colombia dudamos sobre las bondades que traería para el país la elección del candidato Demócrata o del Republicano a la presidencia de los Estados Unidos, hasta el punto que la embajadora Barco y algunos senadores hacen lobby para defender sus proyectos frente a los nuevos candidatos. Sin embargo para entender la manera como nos mirará el nuevo gobierno norteamericano debemos primero comprender quienes son los republicanos y quienes los demócratas.

Los republicanos que son los conservadores han tenido 18 presidentes, su símbolo es el elefante y su color es el azul; mientras que los demócratas que son los liberales han tenido 13 mandatarios, su símbolo es el Asno y su color es el rojo. A diferencia de nuestros liberales y conservadores cuyos fundamentos partidistas se perdieron con el paso del tiempo sepultados en los libros de historia, las distancias ideológicas de los homólogos norteamericanos más bien se han marcado con los años en su lista de valores morales, sociales, económicos y en sus relaciones internacionales.

El partido republicano que nació como proteccionista, y que con Lincon a la cabeza le dio libertad a los esclavos negros, fue el padre del gran crecimiento americano durante una hegemonía de casi cincuenta años basada en bajos impuestos internos y altos aranceles lo que le permitió un desarrollo enorme a la industria norteamericana. Ese fortalecimiento desmedido de los monopolios y los oligopolios fue uno de los causantes de la gran depresión del 28 y de la miseria humana que arrastro consigo, produciendo la caída del partido y las reformas intervencionistas de Roosevelt.

La gran brecha entre ambos partidos se ahonda durante el gobierno del demócrata Flanklyn D. Roosevelt (1933-1945) quien produjo después de la gran depresión de los años veinte una serie de reformas radicales conocidas como el “New Deal” (nuevo reparto) creando con ellas el Estado Bienestar norteamericano; y que consistieron en la creación de la caja de pensiones de jubilación conocida como La Seguridad Social, el invento del Salario Mínimo, la empresa estatal de energía eléctrica, la defensa de los derechos de los negros entre otras reformas defendidas aún hoy por el candidato demócrata Barak Obama.

Truman, y Kennedy continuaron la defensa de los derechos civiles de los negros y Jonson aumentó aún más el gasto público con su “guerra contra la pobreza” creando entre otros un seguro medico gratuito para los pobres el Medicaid. Dichas medidas, aunque no parezca lógico ya que Estados Unidos es un país capitalista comúnmente llamado de derecha, hacen que los demócratas representan la izquierda norteamericana, dejando la derecha para los republicanos. Comprendiendo que no es una derecha fascista ni tampoco una izquierda bolchevique.

El final del reinado del gasto público y las reformas sociales llegó durante el gobierno del demócrata Carter cuya crisis económica permitió el reencauche del partido republicano que volvió con sus principios fundamentales de seguridad nacional, libre cambismo, reducción de los impuestos y reducción del gasto público. Incluso el paréntesis del demócrata Clinton obtuvo grandes resultados económicos con la reducción del gasto público planteada por los republicanos.

En síntesis los republicanos construyeron ese país y los demócratas lo hicieron vivible.

Por eso la pelea por la presidencia de los Estados Unidos es algo más que un carnaval de Blancos y Negros. Es la lucha de unos derechos sociales frente a unas libertades económicas. Es la decisión de que la nación más poderosa de la tierra cobre impuestos e intervenga en la economía o no lo haga

Hondas diferencias hay entre Obama y McCain pero que nos quede claro a todos, que los demócratas y los republicanos cuando llega la hora de defender los intereses norteamericanos, de sus ciudadanos y de sus empresas, se aplican al viejo adagio de que olivos y aceitunos todos son uno.
Miercoles 3 de septiembre, El Nuevo Día